Desde que empecé a interesarme en
la pesca con mosca, y sobre todo en la pesca del dorado con mosca, pude ver
infinidad de imágenes de los ríos del NOA. Al ser oriundo de esta zona me interesaba
saber en qué ambientes podía encontrar esta especia cerca de mi hogar, y así
fue que supe del Río del Valle y del Río Dorado. Ríos que en la fotografías se veían
de ensueño, enclavados en plena selva con aguas cristalinas que permiten apreciar
la gran vida que sustentan y con un formato de río de montaña que al verlo nos
hace pensar en un ambiente puramente truchero. Fue así que desde el primer
momento quise visitar este lugar, que por diferentes motivos fue esquivo
durante varios años.
Casi siempre por falta de tiempo y otras por condiciones climáticas,
hasta estar a unos pocos km y tener que abortar el viaje por una avería mecánica
lo cual hacia que este río cada vez me intrigara más.
Y
finalmente el día llegó con un verano de sequía que llevaba a discutir la situación
con amigos de la zona y saber que el rio se encontraba con aguas claras y aptas
para la pesca, situación extraña para la época. Sin mucha organización, casi de
imprevisto, salió el viaje y previo tramite de los permisos de pesca de la
provincia de salta partimos con rumbo al Río del Valle. Desde la ciudad de San
Salvador de Jujuy, mi ciudad natal, es un viaje corto de unos 200km para llegar
a este río espectacular. Con un día que amaneció plomizo y con lluvias
inminentes que nos hacía dudar de continuar, avistamos el río y todas las dudas
desaparecieron.
Con
la premisa de caminar y alejarnos lo más posible de los lugares donde el río está
castigado por los furtivos empezamos a
andar el camino, lo que primero nos sorprendió es la cantidad de sábalos que
formar grandes cardúmenes en todo el cauce, una grata imagen que refleja que
por lo menos son pocas las redes que llegan al río. Sin duda, comida no les
falta a los dorados, a cada paso se ven un sinnúmero de forrajeros que huyen
espantados al vernos lo que cual nos hizo dar cuenta que con un agua tan
cristalina era probable que los dorados nos avistarían mucho antes que nosotros
a ellos, por lo cual a la hora de internar lanzar nuestra mosca tenemos que asegurarnos
estar lo más alejados del agua como sea posible.
Si
bien el río tiene correderas muy prometedoras, en esta ocasión los dorados solo
estaban apostados en los pozones. Luego de caminar un poco llegamos a la
confluencia de un arroyo que aportaba agua muy turbia de color rojizo, que pensamos entorpecería la pesca, pero todo lo contrario, nos sirvió de camuflaje y nos
permitió lanzar más cerca del agua y lograr mejores presentaciones. La pelea de
estos doradillos con equipos #6 es inigualable, son sumamente divertidos y los equipos
livianos los magnifican.
Una
recomendación que no se debe olvidar es la de llevar repelente en cantidades,
los jejenes son algo que nos pueden hacer perder la razón. Si bien nos toco un día
nublado y fresco, lo que nos benefició mucho, la zona se conoce por las altas
temperaturas y los insectos. Pantalones largos de secado rápido y camisas manga
larga son casi obligatorias. También una buena gorra y lentes polarizados que
nos permitan ver bien los peces y calzado apropiado para caminar mucho y vadear
sin resbalarnos en las piedras con verdín.
Otra
cosa que llama la atención es la variedad de fauna que se puede ver en el
lugar, pavas del monte, tucanes y charatas que gritan sin parar y hasta pudimos
ver un gato del pajonal. Lo único que no pudimos ver fueron las antas que dan
su nombre a la zona.
Sin
duda voy a volver lo antes posible, es un lugar soñado que nos promete un día
para el recuerdo. Espero que esta información les sea de utilidad y puedan
visitar alguna vez este río.
Daniel Fernandez Bernis
Releasing a Dorado - Liberando un Dorado from Daniel Adolfo Fernandez Bernis on Vimeo.
feicitaciones por difundir esta gran maravillosa forma de hacer turismo de aventura y que mejor en estos lindos lugares de pesca y saver que existe en el mundo. y muy bueno tu articulo.
ResponderBorrarsaludos.
Deivis